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La noche que Antonio nos hizo llorar a todos. El capataz Antonio Santiago emocionó a los presentes en un pregón del costalero repleto de vivencias únicas. Antonio Martín Iglesias.


 Antonio Santiago pronunció en martes 4 de abril en la iglesia de San Esteban uno de los pregones del costalero más emotivos que se recuerdan en los 26 años de existencia de este acto, y en el que los presentes tuvieron la oportunidad de acompañarle en un recorrido sentimental por su vida, desde los inicios como capataz junto a su padre, el inolvidable Manolo Santiago, hasta el momento actual, en el que ya lo acompaña su hijo Antonio Manuel al frente de los pasos.

El acto, en el que intervino la Agrupación Musical Virgen de los Reyes, contó con la presencia del presidente del Consejo General de Hermandades y Cofradías, Manuel Román, el Delegado de Fiestas Mayores, Gonzalo Crespo, y una nutrida representación de hermanos mayores de las Hermandades de Sevilla, además de capataces y costaleros de Sevilla. 

La presentación del pregonero corrió a cargo de Miguel Andréu, Fiscal de la Hermandad de San Esteban, que recordó que se cumplen 30 años de la primera ocasión en que una Hermandad de Sevilla, la de San Esteban, sacó sus dos pasos a la calle con hermanos costaleros. Destacó de Antonio Santiago por un lado su responsabilidad, "que le hace ser el lider, el padre, el amigo, el hermano, el confidente, y tantas otras cosas mas de un colectivo de más de mil doscientos hombres", y por otro, su afición "porque así se lo enseñaron y así se lo va a enseñar a su hijo Antonio Manuel".

Santiago aprovechó la presencia de las autoridades municipales y del presidente del Consejo General de Hermandades y Cofradías para iniciar su pregón reivindicando un monumento al costalero de Sevilla, iniciativa ésta que impulsó durante mucho tiempo su tío Gonzalo, conocido en el mundo del costal como “El Pingüino”, recientemente fallecido.

 El pregón continuó con un recuerdo a la vinculación familiar de Santiago con la Hermandad de San Esteban, coronado en una poesía al Señor de la Salud y Buen Viaje y a los costaleros hermanos de la Corporación de la Puerta de Carmona. La figura del aguaor, “el Cirineo sevillano”, ocupó también un capítulo destacado de la glosa del capataz y pregonero.  

A partir de aquí, el pregón atravesó sus momentos más intensos. Santiago recordó a su padre, Manolo Santiago, emocionándose y emocionando a los presentes con sentidas poesías en las que el pregonero afirmaba sentirse siempre acompañado por su padre al mandar los pasos de Sevilla, y evocó el momento en que, con 16 años, y por una repentina indisposición de “El Penitente”, mandó por primera vez el paso del Señor de la Sentencia en la Madrugá de Sevilla.

Las mayores ovaciones de la noche se dedicaron a una cuidada poesía sobre la calle Placentines y la oración del Padre Nuestro que en ella rezan cada año los costaleros de Nuestro Padre Jesús de las Penas, así como las dedicadas a Nuestra Señora de la Esperanza Macarena.

Los últimos tramos del pregón alcanzaron cotas muy altas de emotividad, al dirigirse Antonio directamente a su hijo, presente en el acto, para aconsejarle de esta manera: “Ten siempre presente que un capataz está para llevar a Dios por las calles y a su Madre Santísima, por eso procura que el silencio siempre sea tu mejor arma. Haz que, cuando sea viejo, me sienta orgulloso de haber dejado el nombre de los Santiago en el lugar que lo puso tu abuelo Manolo.”

Fotos: Francisco Santiago










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