Sobre el Altar de Cultos de la Virgen de Araceli

Arte Sacro. En estos días la Hermandad de la Virgen de Araceli, está celebrando el Triduo en honor a su Titular, Patrona del Campo Andaluz en su sede de la parroquia de San Andrés, para lo cual se ha montado un magno altar de cultos.

Este año el altar tiene muchas novedades y detalles, como por ejemplo la Virgen aparece en un altar a modo de pabellón con corona real. Igualmente es la primera vez que la Santísima Virgen se ha vestido con los colores de la  talla de la Virgen de Lucena, la cual se oculta tras las vestimentas amplias.

El altar también tiene a los pies de la Virgen dos ángeles. Cada uno de ellos tiene lazos pintados en los cuales aparece la leyenda del emperador Augusto, HAEC EST VERA ARACOELI "este es el verdadero altar del cielo". Esta leyenda esta sacada de un cuadro de Lucena de la aparición de la Virgen en Roma. Sendos ángeles también llevan en sus manos espigas y uvas simbolizando los frutos de los campos de Andalucía.

Aparte en el plan de altar se han puesto doce velas pintadas por un hermano, cada una representando los doce apóstoles. También en el banco de altar aparece un manifestador con un crucifijo de bronce flanqueado por dos ángeles con candelabros del siglo XVIII. Se ha procedido a la colocación de dos credencias las cuales llevan en jarras espigas, uvas, bandejas de platas y candeleros.

Otra de las novedades han sido varios candelabros de cinco luces alrededor del altar. Las flores también son otra de las novedades, ya que se han puesto de colores blanco, amarillo y rosa al igual de los exornos florares de las iglesias de Roma, ya que el titulo de Araceli es romano. Este altar ha sido diseñado por José Asián Cano, Francisco Javier Segura Márquez y Federico Carrasco Linares.

La imagen luce una nueva saya pintada por José Luis Asián Cano sobre damasco real de color jacinto. Sobre la saya lleva prendidos, entre otras piezas, un rosario formando un signo del Ave María, una medalla réplica de otra de 1630 y varios de los broches y collares de su ajuar. Una mariposa lleva prendida en el manto a la altura de la cabeza, igual que a veces la tiene la imagen lucentina.

Fotos: Francisco Santiago