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Entrevista a Ignacio Jiménez Sánchez-Dalp, Pregonero de la Semana Santa de Sevilla de 2006: "Estaré satisfecho si cada persona ve en mi pregón alguna parte en la que se sienta reflejada"


 Juan Manuel Labrador. La ciudad va viendo como el azahar brota en los naranjos de nuestras calles y plazas, anunciando mejor que nadie la llegada de la Semana Santa. No obstante, mañana, Domingo de Pasión, el padre Ignacio Jiménez Sánchez-Dalp será quien proclame, desde el atril del Teatro de la Maestranza, el Pregón de la Semana Santa de Sevilla. Desde su designación el pasado mes de octubre, este sacerdote, que se define como cofrade por encima de todo, ha tenido toda una serie de viviencias que jamás podrá olvidar durante el resto de su vida, y para hablar de todo ello, Arte Sacro quedó citando con este joven cristiano comprometido en servir a los demás en las cercanías del domicilio de sus padres, allá por el barrio de Nervión.

Pregunta: ¿Cómo será el pregón de Ignacio Jiménez Sánchez-Dalp, un cofrade que, además de sevillano, es sacerdote?
Respuesta: Mi pregón será el de una persona que es, naturalmente, sevillana, la de una persona que es cofrade desde niño, y que no sólo ha vivido las cofradías en el seno de la familia, sino también entre los amigos, y perteneciendo a diversas hermandades, aunque, curiosamente, de trece hermanos que somos en mi casa, el que siempre ha estado más implicado con estos temas he sido yo. Así pues, a la hora de definir mi pregón lo hago de esta forma: sevillano y cofrade, lógicamente, aunque se añade la circunstancia personal de mi vocación sacerdotal.

P: Y ya que ha hablado de su implicación en sus hermandades, ¿cómo vive el pregonero su fe en ellas?
R: Yo, a lo largo de mi existencia cofrade, he tenido, digamos, diversas etapas. Sí he disfrutado mucho en mi juventud o adolescencia cuando, al llegar el Domingo de Resurrección, estaba en mi casa y miraba los programas de la semana, donde tenía señaladas las hermandades que iba a ver, el lugar donde las iba a presenciar, y finalmente donde tenía marcadas las que finalmente pude ver, siendo por tanto un hermoso recuerdo de lo que he vivido en cada Semana Santa. Pero cuando entro en el seminario, ya eso se tiene que recortar un poco, y ya no vivo las hermandades con la misma intensidad, aunque sabía que siempre las tenía ahí, y nunca me olvidaba de ellas, ya que los fines de semana intentaba asistir a diversos besamanos, y a ver diversos altares de cultos, para, al menos, poder seguir disfrutándolas. Ahora bien, centrándonos ya en detalles más concretos, recuerdo aquellas horas en las que estaba en la priostía de la Quinta Angustia limpiando plata, o bien preparando en la Magdalena las cruces para los penitentes, o poniendo derechos los cirios del altar de cultos…

P: Pero usted no pertenece sólo ha esta hermandad, sino que también es hermano de otras…
R: Exactamente, también soy hermano del Amor, del Valle y de la Macarena. Desde mi infancia he pertenecido siempre a la primera de ellas, habiendo sido blanco nazareno de la Borriquita, y este año seré, si Dios quiere, fiscal de paso de la Virgen del Socorro. Así pues, las dos que más he vivido han sido la Quinta Angustia y el Amor. Por lo que respecta al Valle, me hice hermano por una espacial devoción a la Virgen, y también porque mi grupo de amigos eran todos hermanos de allí, de tal forma que el Jueves Santo he solido estar casi siempre entre la Magdalena y la Anunciación. Y finalmente soy de la Macarena por una relación de familia que viene desde muy atrás, habiendo disfrutado siempre con la belleza de esa Virgen que tiene una devoción distinta a las demás, y yo, además, nunca me he dejado de acoger a Ella, pidiéndole hasta lo que podía ser imposible, pero jamás me ha dejado defraudado por nada que le haya pedido, porque Ella atendía ese ruego que le hacía.

P: Hemos hablado de hermandades y de las vivencias que en ellas ha tenido, así pues, ¿se puede decir que éstas han influido en su vida para que alcanzase su vocación sacerdotal?
R: Por supuesto, ya que a cada persona la vocación le nace de unas circunstancias distintas, y en mi caso, el Señor quiso que yo llegase a esa vocación a través de las hermandades, trabajando en ellas, viviendo así mi fe, y, sin duda, han sido fundamentales para mi perfil cristiano, y para tomar la decisión de servir a los demás desde el sacerdocio, ya que en las hermandades tenía la oportunidad de acercarme al Sagrario, donde está nuestro Señor, y a mis hermanos, a quienes les consultaba distintas dudas que pudiese tener, y todo lo hacía y lo vivía desde la fe, y por tanto, todo ello influyó para llegar a donde estoy en la actualidad.

 P: Pero volviendo un poco al pregón en sí, hay que reconocer que su nombre no se ha barajado nunca para este acto, aunque sí es cierto que ha predicado en muchas hermandades, y en ellas, sus predicaciones han calado hondo. Así pues, ¿cómo recibió usted aquella llamada que le hizo el Consejo General el pasado 22 de octubre?
R: Remontándonos un poco a la fecha anteriormente citada, he de recordar que, previamente, en el mes de septiembre, se consagró el templo parroquial de Alcalá del Río, donde estoy destinado actualmente, y debido a la gran cantidad de trabajo que tuvimos en los meses del verano, en octubre decidí irme unos días a Roma para descansar un poco, y precisamente el día 22 regresaba de allí, aunque hay una anécdota, y es que perdí el avión, así que cuando me llamaron para proponerme el pregón, me cogieron ya aquí de milagro, y estamos hablando de que aquello pudo ocurrir en torno a las siete de la tarde. Además, cuando me llaman, lo hacen a mi móvil, pero desde el de Manolo Román, y como su número lo tengo grabado, jamás pensé que detrás que de ver su nombre en la pantalla me iba a encomendar esta tarea, de la que me siento hondamente agradecido, porque es el mejor regalo que Sevilla te puede hacer.

P: Y desde entonces, cómo han sido las vivencias que ha tenido como pregonero de nuestra Semana Santa?
R: Sinceramente he vivido momentos muy distintos, ya que los primeros días más cercanos a la designación son de mucha euforia, aunque luego se relaja un poco el tema, hasta que comienza la cuaresma, y te vas dando cuenta que va llegando la hora de la verdad. Por lo que respecta al trato con las hermandades, casi todas me han mandado cartas, otras muchas me han invitado a actos íntimos en los que sientes la cercanía de los titulares, como por ejemplo las bajadas de la Macarena y la Esperanza de Triana para sus besamanos. Luego, de forma personal, ha habido muchos momentos de soledad, esos instantes en los que te enfrentas al papel en blanco, y también ha habido momentos para disfrutar con la gente que te quiere, donde ves cómo tus amigos están viviendo esta honra que te conceden como si el pregonero fueran ellos mismos. Ha sido algo tan hermoso que me da pena pensar que esto ya no lo vives más de esta forma.

P: Vemos que son, pues muchas vivencias, por tanto, ¿es verdad que la agenda del pregonero es tan intensa como se piensa?
R: Tanto como se piensa, no, sino que es mucho más de lo que la gente se puede imaginar, porque ha sido intensísima. Como ya he dicho, son muchas las hermandades que te invitan a algunos de sus actos o cultos, como las dos Esperanzas, San Roque, el Calvario, los Estudiantes, el Baratillo, la O, la Estrella, las Aguas, San Bernardo… Y cuando alguna te ha invitado a algo, y quizás no has podido ir, en mi caso, algunos miembros de la junta de la hermandad en cuestión han ido a verme a mi parroquia de Alcalá, por lo que ha sido algo impresionante.

P: Un detalle importante que hay que tener en cuenta a la hora de hablar de usted como pregonero es que es el cuarto pregonero más joven de la historia, al pronunciar el pregón con 32 años, y que es, igualmente, el cuarto sacerdote que llega al atril…
R: Por eso mismo, por ejemplo, no daré el pregón de chaqué (risas). Iré de cleriman, como han ido los tres sacerdotes que me han precedido en el pregón, pero, sin hacer ni mucho menos un sermón o una homilía, mi pregón será un reflejo del tipo de cofrade o de persona que soy, que es un joven de 32 años, y que además es sacerdote. Lógicamente, las circunstancias personales han de reflejarse en el pregón, no por otra cosa, sino porque es algo natural de la personalidad de uno, y se tiene que hacer ver así. Ahora bien, no estaré todo el tiempo diciendo que soy joven y que soy cura, sino que eso es algo que se percibirá, pero ante todo, como ya he dicho antes, es el pregón de un cofrade de Sevilla.

 P: Y por lo que respecta a la elaboración del texto, ¿cómo ha sido el proceso y los plazos que ha tenido?
R: Digamos que en diciembre ya tenía el grueso del pregón, es decir, sabía perfectamente qué iba a decir, cómo lo iba a enfocar y cómo lo iba a estructurar. Y luego, una vez escrito, he tenido que leerlo, releerlo, recortarlo –eso ha sido lo más difícil–, medir el tiempo que duraba, y hacer que tuviese la medida justa y precisa como pregón que debe ser. Finalmente, una vez he considerado que el texto estaba concluido, pues he tenido que leerlo muchas veces, para dominarlo y hacerlo mío, y no tener ningún problema con la dicción cuando llegue al atril del Maestranza en la mañana del Domingo de Pasión.

P: Acercándonos un poco más al inminente día del pregón, ¿cómo piensa vivir las vísperas y la mañana de este acto tan importante para la ciudad?
R: El sábado, lógicamente, tengo que hacer las bodas que están previstas en la agenda de la parroquia, pero tengo claro que me iré a casa de mis padres para poder pasar la noche en Sevilla, y ya por la mañana, a las ocho y media, celebraremos en la Capilla Real de la Catedral, ante la Virgen de los Reyes, la misa previa al pregón. He de reconocer que me hubiese gustado mucho hacer esa misa en la capilla de la Quinta Angustia, pero el problema que hay es que el altar ya está desmontado, que se está preparando la salida procesional y que, además, el jueves y el viernes que viene son el besamano de la Virgen y el besapié del Cristo, y la capilla, por tanto, no está disponible, aunque no deja de ser un honor celebrar esa eucaristía ante la patrona de Sevilla.

P: Irá llegando la hora del pregón tras esa misa, y cuando comience el acto, sonará “Coronación de la Macarena”. ¿Por qué esa marcha?
R: Normalmente, aunque no sé si siempre es así, es la primera marcha que le tocan a la Virgen al salir, y la he querido elegir por eso. Además, es para mí uno de los momentos más emotivos de la Semana Santa, ver salir a la Macarena, una vez que le han tocado el himno, con esta composición. Sí es verdad que me gustan muchas marchas, y que no hay alguna que sea más especial para mí que otra, pero “Coronación de la Macarena” tiene para mí este detalle, y por eso será la que abra el acto del pregón.

P: Y cuando diga “he dicho”, ¿qué espera que pase?, es decir, ¿qué reacción espera que se produzca?
R: Sólo te puedo decir que todo el tiempo transcurrido desde mi nombramiento hasta ahora ha sido muy intenso, y he sido muy feliz por muchas cosas, y lo que me gustaría que la reacción a mi pregón responda a esa felicidad que he tenido durante este tiempo, y comprobar que, sin duda, el pregón ha llegado a la gente, pues para eso está el pregón, para que llegue, y la gente saque de él el mensaje que se vaya a transmitir. Además, estaré satisfecho si cada persona ve en mi pregón alguna parte en la que se sienta reflejada o identificada, y creo que con eso no se puede ni se debe pedir más.

 P: El lunes que viene, además, se presentará el libro del pregón, ¿qué nos puedes contar de la edición del mismo?
R: Antes que de la edición, te quiero hablar de lo que va a ser el acto de presentación, y al referirme a este tema, he de citar a una de las personas que más vivió y más se alegró con mi nombramiento, y que en diciembre se fue con Dios al cielo, precisamente la noche en la que bajamos a la Macarena para el besamano.

Me estoy refiriendo a Luis Rodríguez-Caso, que fue la persona a la que le pedí que me presentase el libro, aunque finalmente la presentación será, llamémosle así, un “mano a mano” entre Vicente García Caviedes y José María Javierre.

Centrándonos ya en la pregunta formulada, la edición va a llevar unas fotos muy interesantes, todas contemporáneas, nada de grabados o fotos antiguas, aunque hay una excepción que es la portada, que sí será una foto antigua, aunque no desvelo la incógnita de qué hermandad, paso o titular aparece en ella, mientras que la contraportada será también otra foto, de la que tampoco voy a desvelar nada por mantener un poco el secreto.

P: Ignacio, muchas gracias por su atención, y le dejamos abierta la entrevista para que la finalice con algo que nos quiera decir, y que, quizás, no le hayamos preguntado.
R: Ante todo, mi agradecimiento a Arte Sacro, porque os habéis preocupado por mostrar a los cofrades todo lo que, poco a poco, ha ido haciendo y viviendo este pregonero. Así mismo, os felicito por vuestra magnífica labor. Y al pueblo de Sevilla, gracias por todo su apoyo, y espero no defraudar a nadie, y no digo nada más, porque todo lo diré cariñosamente el Domingo de Pasión por la mañana en el Teatro de la Maestranza.

Fotos: Juan Manuel Labrador










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