Llegó la púrpura y se acabo la ojana. El mini Fiscal. Diario de Sevilla

Huy, huy, huy... Cómo son estos hermanos mayores. La tarde del pasado viernes estaban citados en el Consejo los ocho del Miércoles Santo para buscarle hueco al Carmen Doloroso, una hermandad de minoría que está protagonizando la actualidad de la cuaresma. ¿No les recuerda algo al panorama político nacional? Pues resulta que ese viernes se citan para almorzar al objeto de llegar al Consejo con el pastel ya cocinado. El espíritu estaba claro. Y tiene hasta su lema: El Carmen, de entrada, no.

Y dijeron que no contundentemente. Emitieron un comunicado hipócrita en su arranque (dando la bienvenida a la cofradía) y revelador en su final (rechazando la integración), todo lo cual bañado con salsa ojana, marca de la Casa de las Cofradías. Pero llega el cardenal, dice que está disgustado con el rechazo al Carmen, recuerda en el vía crucis que la Catedral está abierta a todas las cofradías (con lo que se lleva el titular del día) y pone a todos en guardia. Ni uno solo, ni uno, se mantiene firme. A este cardenal no le hacen falta los decretazos. Le basta el leve soplido de sus palabras para echar por tierra los castillos de arena que levantan los actuales dirigentes cofradieros. Todos a reunirse de nuevo, pescaíto de por medio con nocturnidad, y ya está el Carmen dentro. Anda qué no. Oyen el eco de la púrpura y tiemblan como chiquillos traviesos.