Silencio y Macarena no apoyan el Manifiesto por la Madrugada. Carlos Navarro Antolín. Diario de Sevilla
El Consejo y las seis cofradías de la Madrugada coinciden en mayor o menor medida en que la noche del Viernes Santo ha experimentado un empeoramiento desde los sucesos de 2000, una impresión reforzada por los incidentes producidos por faltas de respeto o agresiones a nazarenos, como la sufrida en 2005 por uno de la Esperanza de Triana, cuyo caso que se encuentra aún en la vía judicial. Por este motivo, han acudido esta semana a exponerle directamente estas inquietudes al subdelegado del Gobierno, Faustino Valdés, tal como han confirmado a este periódico fuentes oficiales de la Subdelegación. Se trató de un encuentro informal –sin orden del día pactado– que sirvió para un intercambio de opiniones.
Valdés conoce sobradamente la Semana Santa al haber sido alto responsable del Centro de Coordionación Operativa (Cecop), fundado a raíz de los sucesos del año 2000. Los hermanos mayores, encabezados por el presidente Manuel Román, expusieron sus propias vivencias personales en la Madrugada, sus opiniones sobre la evolución de esta noche de 2000 a 2005 y la convicción de que las retransmisiones televisivas han contribuido también a restar público cofradiero en las calles.
La discrepancia entre los dirigentes de las hermandades se produce en la forma de recuperar el público cofradiero en las calles. El Gran Poder, el Calvario y el representante del Consejo apostaron muy fuerte hasta hace pocas fechas por realizar un "llamamiento público". De hecho, se redactó el denominado Manifiesto de la Madrugada –reproducido bajo estas líneas – rechazado finalmente por las hermandades del Silencio y la Macarena, cuyos hermanos mayores consideran que no se trata de la fórmula más adecuada, puesto que su mensaje contribuiría a elevar la preocupación de los ciudadanos más allá de lo razonable al reconocerse implícitamente que la calle está "perdida" desde el punto de vista cofradiero.
Fuentes cofradieras aseguran que el subdelegado del Gobierno está de acuerdo con esta tesis y que, efectivamente, se muestra más partidario de que sean los propios hermanos mayores los que en sus intervenciones públicas contribuyan a formular un mensaje de serenidad, a potenciar la confianza de los ciudadanos en los cuerpos y fuerzas de Seguridad del Estado y a no mostrar públicamente más inquietud de lo debido por el ambiente en la calle en la gran noche de la Semana Santa.
Las hermandades que han rechazado en más de una ocasión la firma del manifiesto –pese a la insistencia del representante del Consejo– tienen la convicción de que los dirigentes cofradieros deben limitarse a organizar la estación de penitencia propiamente dicha y que son las autoridades las que deben preocuparse de oficio por la seguridad en la calle. El argumento de los hermanos mayores contrarios al Manifiesto es que las cofradías sólo deben intervenir cuando la Subdelegación del Gobierno realice peticiones expresas. Algunas de las hermandades de esta jornada sí han publicado en sus boletines cierta información sobre la inquietud de los hermanos mayores de la Madrugada, pero al final no ha sido posible el consenso para que ese llamamiento por escrito sea apoyado oficialmente por las seis corporaciones.
La iniciativa de exponerle personalmente al subdelegado del Gobierno los problemas de esta noche de la Semana Santa cobró fuerza a raíz de la última convivencia celebrada precisamente sobre este tema, organizada por la Hermandad del Silencio en su sede de San Antonio Abad bajo el título La Madrugada hoy.a debate.
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