Carta abierta desde la Ciudad de San Juan de Dios de Alcalá de Guadaíra

En primer lugar quiera presentarme: Mi nombre es Juan A. Alvarez y soy cofrade hermano de varias hermandades. Sin embargo, y aunque os parezca extraño, el motivo de esta carta no tiene nada que ver con ese mundo que tan intensamente vivo y del que tanto disfruto.

Además de lo señalado, pertenezco al grupo de voluntariados de la ciudad de San Juan de Dios de Alcalá de Guadaira desde hace unos años. Allí he vivido experiencias jamás conocidas anteriormente y os puedo asegurar que de lo más gratificante como persona.

Como sabéis, y si no yo os lo digo, allí se atiende a personas de todas las edades con minusvalías físicas y psíquicas. Quizás sea de los pocos lugares en los que no se tienen en cuenta la procedencia, la raza, el status social y otras muchas cosas que gravan la convivencia por fuera de aquellas vallas.

Aparte de la asistencia médica y psicológica que se les presta, estos niños requieren una medicina que no se vende en farmacia ni precisa de receta. Me refiero al calor y trato humano. Esa necesidad de sentirse queridos y acompañados por otros que no vistan batas blancas y les haga sonreír durante una jornada de excursión.

En la época estival, y menos veces de las que nos gustaría a todos, estas personas pasan algún que otro día en la playa. Evidentemente no la disfrutan como cualquiera de los que nos creemos normales, ya que sus deficiencias les dificultan sus paseos y baños.

Para estas personas se dispone en algunas playas, de las llamadas sillas anfibias, que no son otra cosa que unas sillas preparadas especialmente para que las personas con minusvalías puedan sentir sobre sus cuerpos las acaricias de las olas.

Pero no son suficientes y apenas podemos conseguir que todos gocen como se merecen. Y esta es la razón por la que aprovecho el éxito de audiciencia de vuestro programa para hacer un llamamiento general y hacer saber que estamos intentando, que para el próximo verano, tengan una de estas sillas en propiedad.

Permitirme abusar de vuestra generosidad y hacer saber que por la cuenta bancaria del BSCH 0049.4667.56.2011217529 estamos recaudando donativos para alcanzar este objetivo, que bien merece la pena.

En nombre de estos niños y no tan niños, de sus médicos, de sus psicólogos, de todos cuantos trabajan en aquella Ciudad bendita y, por supuesto, del hermano Germán y el mío propio, GRACIAS.

Fdo. Juan Antonio Alvarez Rodríguez.
Telf. 954.35.02.09