El Cristo del Calvario fue llevado a su altar mayor en un íntimo Vía-Crucis

Juan Manuel Labrador. La Parroquia de Santa María Magdalena fue escenario, en la noche de ayer, de uno de los actos más emotivos de las vísperas de nuestra semana mayor, como es el traslado del Santísimo Cristo del Calvario al altar mayor del templo para la celebración de su quinario, que dará comienzo el próximo martes. El piadoso acto comenzó a las nueve de la noche, y recorriendo las naves del templo, se fueron rezando las distintas estaciones. Cabe destacar la sencillez del ejercicio, a lo que se suma el escaso público que asiste, teniéndose la oportunidad de poder sentirse cerca de la imagen del crucificado.

Entre los asistentes se encontraban, invitados por la propia hermandad de la madrugada del Viernes Santo, el pregonero de la Semana Santa, el reverendo padre Ignacio Jiménez Sánchez-Dalp, y el pregonero universitario, Julio Cuesta Pérez-Rivero, quienes portaron la talla cristífera desde el altar de las ánimas hasta dejarlo en el presbiterio.

Una vez finalizado el Vía-Crucis, se procedió, ya en privado, a la subida del Cristo del Calvario al altar efímero instalado con ocasión de los cultos, y, seguidamente, fue subida igualmente la Virgen de la Presentación. Posteriormente, y ya en la casa de hermandad, el hermano mayor, Ignacio Camacho, ofreció a los pregoneros un bellísimo cuadro con una fotografía del titular, para que les ilumine en el camino que aún les queda por recorrer a ambos hasta que llegue el día de sus respectivos pregones.

Fotos: Juan Manuel Labrador